palabras claves: realidad compartida, microrealidades, fenomeno multiescalar, global-intimo, colaboracion: superficial-profunda.
Todos vivimos una misma realidad, desde diferentes microrealidades personales e individuales. La pandemia que atravesamos involucra directa o indirectamente a la globalidad del planeta tierra, inquietando cada continente, cada país, cada localidad, cada casa/hogar o individuo. Así como el paisaje entonces, la pandemia se caracteriza por ser multiescalar, abarcando las múltiples escalas desde lo global hasta lo domestico e íntimo, y a su vez habita en cada ser individual.
Todos vivimos una misma realidad, desde diferentes microrealidades personales e individuales. La pandemia que atravesamos involucra directa o indirectamente a la globalidad del planeta tierra, inquietando cada continente, cada país, cada localidad, cada casa/hogar o individuo. Así como el paisaje entonces, la pandemia se caracteriza por ser multiescalar, abarcando las múltiples escalas desde lo global hasta lo domestico e íntimo, y a su vez habita en cada ser individual.
Claramente afecta, positiva o negativamente, cualquier tipo de temática o disparador que se nos ocurra, biótico o abiótico, político, económico, capitalista, social, cultural, histórico, medio ambiental, educacional, artístico etc. Dado que todo está dotado de dinamismo y complejidad, por consiguiente todos los puntos pueden dilatarse, tocarse y solaparse entre si -como nuestras preocupaciones y ojala buena voluntad- Complejizando aún más las cosas. Por lo que nos enfrentamos a un fenómeno tan inmenso como el planeta tierra, incluyendo hasta la última partícula mas externa de la atmósfera, y de una complejidad interesante.
En esta cuarenta, en Uruguay aun del tipo voluntaria, el que se queda en casa evitando aglomeraciones está colaborando; de aquí una frase vista en Facebook: “qué lindo es levantarse tarde y sentir que estas ayudando al mundo” (fuente desconocida). A su vez, el optimista tiene gran parte superada, “lo que te mata es la cabeza” diría mi abuelo; pero el crítico optimista, reflexivo y que además, pasa al plano de la acción, es aquel que escarba más profundo que la superficie de la comodidad, comprometiéndose y preocupándose por la humanidad y la situación del mundo pos-corona virus.
Sumarle al aislamiento colectivo el ponernos en contacto con otras 24 personas mediante una videollamada, donde se da el intercambio de ideas y noticias de distintas microrealidades (domesticas-locales-nacionales) sobre la misma realidad compartida, tratar cuestiones que nos engloban y pertenecen a todos como la sustentabilidad, el cambio climático, la soberanía alimentaria y solidaria, y yendo aún más allá, hacer de estas charlas prácticas proyectuales, lo que implica producir y generar un material fundamentado y procesado por un grupo interdisciplinario parte formado y parte en formacion, aspirando a mejorar y hacer un aporte al desarrollo de la calidad y formas de vida de los seres humanos en el futuro cercano/presente consecuente/mañana; es claramente escarbar más profundo que la cómoda superficie de la colaboración, comprometiéndonos con el desarrollo y progreso de la humanidad y con nuestra disciplina integral: el Diseño del Paisaje.
Todos vivimos una misma realidad, desde diferentes microrealidades personales e individuales. La pandemia que atravesamos involucra directa o indirectamente a la globalidad del planeta tierra, inquietando cada continente, cada país, cada localidad, cada casa/hogar o individuo. Así como el paisaje entonces, la pandemia se caracteriza por ser multiescalar, abarcando las múltiples escalas desde lo global hasta lo domestico e íntimo, y a su vez habita en cada ser individual.
En esta cuarenta, en Uruguay aun del tipo voluntaria, el que se queda en casa evitando aglomeraciones está colaborando; de aquí una frase vista en Facebook: “qué lindo es levantarse tarde y sentir que estas ayudando al mundo” (fuente desconocida). A su vez, el optimista tiene gran parte superada, “lo que te mata es la cabeza” diría mi abuelo; pero el crítico optimista, reflexivo y que además, pasa al plano de la acción, es aquel que escarba más profundo que la superficie de la comodidad, comprometiéndose y preocupándose por la humanidad y la situación del mundo pos-corona virus.
Sumarle al aislamiento colectivo el ponernos en contacto con otras 24 personas mediante una videollamada, donde se da el intercambio de ideas y noticias de distintas microrealidades (domesticas-locales-nacionales) sobre la misma realidad compartida es muy rico y valioso. Tratar cuestiones que nos engloban y pertenecen a todos como la sustentabilidad, el cambio climático, la soberanía alimentaria y solidaria, y yendo aún más allá, hacer de estas charlas; prácticas proyectuales, lo que implica producir y generar un material fundamentado y procesado por un grupo interdisciplinario parte formado y parte en formacion, aspirando a mejorar y hacer un aporte al desarrollo de la calidad y formas de vida de los seres humanos en el futuro cercano/presente consecuente/mañana; es claramente escarbar más profundo que la cómoda superficie de la colaboración, comprometiéndonos con el desarrollo y progreso de la humanidad y con nuestra disciplina integral: el Diseño del Paisaje.
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